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Reflexiones sobre el lenguaje geográfico empleado en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la Geografía Escolar (página 2)




Enviado por P. Alvarez Cruz



Partes: 1, 2

Primero que todo, hay que esclarecer dos
cuestiones que ayudarán a asimilar mejor las precisiones
que se quieren hacer, sobre el empleo adecuado, del lenguaje
geográfico en el proceso de enseñanzaaprendizaje
de la Geografía escolar.La primera cuestión, es que
el lenguaje geográfico empleado en el proceso de
enseñanza-aprendizaje de la Geografía escolar se
diferencia del empleado en la ciencia geográfica. El
primero es concreto, referido a lo más importante de la
ciencia, ajustado y sintetizado mediante arreglos
pedagógicos. Pues, las asignaturas son "modificaciones" o
"exposiciones pedagógicas" de las ciencias y
"…en la exposición pedagógica de la
materia se unen componentes políticos-ideológicos,
lógico-sistemática y
didácticas-psicológicas, dando lugar a una nueva
forma, específicamente docente, de la
exposición".
(3)

El otro, el empleado por los
científicos que hacen la ciencia geográfica, es
más especializado. Estos son los encargados de formar
nuevos vocablos de la ciencia geográfica para designar
objetos, hechos, procesos y fenómenos geográficos
que se van descubriendo en la evolución de esta
ciencia.

La segunda cuestión a explicar es
que, no es objetivo en la enseñanza de la Geografía
escolar ni en ninguna otra asignatura dotar cabalmente a los
alumnos de un lenguaje técnico, pues la intención
es contribuir a una formación integral de estos; es decir,
una cultura general que les sirva para comprender el mundo que
los rodea a ellos desde todo punto de vista: natural, social,
científico, tecnológico, económico,
político-ideológico y otros, además de crear
bases para la comprensión de las ciencias, las cuales
deberán ejercer en sustitución de las generaciones
precedentes.

Entonces para que esa comprensión sea efectiva,
el medio con que se transmiten y asimilan esos conocimientos, el
lenguaje, y en este caso el lenguaje técnico debe
emplearse correctamente.

Algunos aspectos, que tienen que ver con el correcto
empleo del lenguaje geográfico, son los siguientes: los
nombres geográficos, la comunicación con el empleo
del mapa, las reglas ortográficas importantes en la lengua
escrita geográfica y el uso de los préstamos
idiomáticos de lenguas extranjeras.

Los nombres geográficos designan accidentes
geográficos, países, estados, ciudades, provincias,
municipios y pueblos. El  origen de estos está muy
vinculado a la historia de la sociedad. Decía el
geógrafo cubano Antonio Núñez Jiménez
(1923-1998) al referirse a los nombres
geográficos:

"…cada nombre geográfico encierra en
sí un pedazo de la Historia, modesta a veces,
dramática en ocasiones o curiosa en no pocos casos".

(4)

Estos, como se originan en diferentes áreas
geográficas, son expresados en el idioma que hablan sus
habitantes. Por ello, no son pocas las ocasiones que al
pronunciar o escribir el nombre geográfico de un idioma
diferente al que se habla, su pronunciación y escritura
crea confusiones en el hablar, cuestión que contribuye a
estropear la expresión (oral o escrita) de los hablantes,
en este caso, de profesores o alumnos.

En solución a este problema se han creado reglas
de derivación, con las que se llevan al español
gran cantidad de nombres geográficos procedentes de otros
idiomas. Algunas de estas se exponen en el "Diccionario
polígloto de nombres geográficos" de Teodoro
Americ, léanse algunos ejemplos:

Las designaciones extranjeras, en cuya
composición entren palabras de uso general, deberán
verterse al español traduciendo cada una de
éstas.

v. g. Villa do Bispo: Villa del
obispo.

West Virginia: Virginia Occidental.

Stratford on Avon: Estrátford de
Avon.

Los nombres tópicos deberán, cuando
lo requieran, acentuarse, al escribirlos en
castellano.

        v. g.
Washington: Wáshington.

Las terminaciones burg, bourg, burgh y borg,
deberán cambiarse al español por
burgo.

v. g. Hamburg: Hamburgo.

       
Cherbourg: Cherburgo.

       
Williamsburgh: Wiliamsburgo

        Viborg:
Viburgo.

El sufijo eslavo grad se traduce por
grado
.

v. g. Petrograd: Petrogrado.

La gn francesa y la nh portuguesa se mudan en
ñ.

v. g. Avignon: Aviñón.

        Minho:
Miño.

La y extranjera con sonido de vocal se trueca en
i.

v. g. Ypres: Iprés.

Con excepción de la rr y, a veces, de la
ss, las consonantes dobles de otros idiomas pasan como
simples.

v. g. Holland: Holanda.

        Ravenna:
Rávena.

        Berry:
Berri.

        Essen:
Hesse.

La ph con sonido de f se escribirá con
esta última letra.

v. g. Philadelphia: Filadelfia.

La h muda, que suele seguir en otros idiomas o
las consonantes, deben suprimirse, al hacerse la
derivación española.

v. g. Thessalia: Tesalia.

     Rhodanus:
Ródano.

La s líquida debe resolverse con e, al
castellanizar.

v. g. Strassburg: Estrasburgo.

La e muda francesa se cambia en a, en los nombres
castellanizados.

v. g. Champagne: Champaña.

La n antes de b se convierte, en español,
en m.

v. g. Ediburgh: Edimburgo. (5)

Constituyen esas reglas un apoyo útil en el
empleo de los nombres geográficos en el proceso de
enseñanza-aprendizaje de la Geografía
escolar.

El profesor debe tener en cuenta estas reglas en las
actividades de trabajo con los mapas, y si alguna de estas no se
ajustara a un nombre geográfico determinado deberá
el profesor al trabajar con este, pronunciarlo y escribirlo en
pizarra, tal y como aparece en el medio que lo expone (libro o
mapas). Así garantiza que los alumnos, además de
localizar el espacio nombrado con ese nombre geográfico en
el mapa, lo pronuncien y lo escriban correctamente.

El lenguaje empleado por el profesor en el
proceso de enseñanza-aprendizaje debe ser claro, preciso y
correcto. Esto se ha expuesto en más de una
ocasión, así como la importancia que tiene. Al
transmitir conocimientos mediante el uso del mapa
geográfico –medio fundamental en la enseñanza
de la Geografía escolar- el profesor no debe decir al
localizar el lugar donde se halla un objeto, hecho, proceso o
fenómeno geográfico: arriba ni abajo para referirse
al norte y el sur, izquierda ni derecha para referirse al oeste
(occidente) y el este (oriente). Tampoco debe indicar la
posición del objeto, hecho, proceso o fenómeno
diciendo –tal lugar está aquí, sino, decir
tal lugar se halla o se encuentra ubicado en tal posición
(coordenadas) o los limites geográficos del lugar.Tener en
cuenta estos aspectos es contribuir a un mejor desarrollo de las
habilidades geográficas de trabajo con mapas de los
alumnos. Además lograr, que el alumno aprenda, mediante el
modo de expresarse del profesor.

Sobre la escritura del lenguaje
geográfico, además de las reglas
ortográficas de la lengua en un sentido más amplio
deben tenerse en cuenta algunas de carácter
específico, como por ejemplo, el del empleo de
mayúsculas o minúsculas en los accidentes
geográficos (mar, isla, cabo, golfo, bahía, puerto,
valle, canal, cordillera, sierra, continente, provincia,
estrecho, península, y otros.)Los accidentes
geográficos y los puntos cardinales, o colaterales,
siempre y cuando no inicien una oración o formen parte del
nombre geográfico deberán escribirse con letra
inicial minúscula; de lo contrario, se deben escribir con
letra inicial mayúscula. En el caso de los nombres de
pueblos y ciudades, provincias, estados o departamentos, naciones
y continentes, así como los nombres de montañas,
ríos, mares, cabos y golfos, deben escribirse con
mayúscula. Léanse algunos ejemplos:

  • Cuba limita al sur con
    las aguas del mar Caribe.

  • El pico Turquino es el punto más
    elevado de la Sierra Maestra.

  • Cuba y Venezuela son
    países hermanos.

  • Las aguas del golfo de Batábano
    son ricas en langosta.

  • Pinar del Río se
    encuentra en la región
    Occidental
    .

Otro aspecto significativo para un empleo adecuado del
lenguaje geográfico es el relacionado con los
préstamos idiomáticos. Como se explicó
anteriormente las lenguas técnicas se completan con
términos y material idiomático procedente del
griego y del latín.

Algunos de los préstamos idiomáticos
empleados en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la
Geografía escolar son: geyser (géiser, en
español), smog, bad land, iceberg, rift, entre
otros.

Pero qué sucede con el empleo de estos. Pues
muchas veces al emplearse en el proceso de
enseñanza-aprendizaje, profesor y alumnos no pronuncian
correctamente o se escriben mal y en el caso de los alumnos a
veces les cuesta trabajo asimilar el significado de esos
términos.

Es responsabilidad del profesor al usarlos
hacer referencia a su traducción a nuestra lengua, a su
significado y si es posible representar con imágenes ese
concepto. Por ejemplo, al hacer referencia al término
geyser, este que procede del islandés se traduce al
español con la forma géiser, significa chorro de
agua caliente o vapor de agua intermitente, de origen
volcánico, que brota hacia arriba.No tener conocimientos
sobre el significado de estos términos que constituyen
préstamos idiomáticos, así como de los
términos propios de nuestra lengua, puede conducir, a
profesores y alumnos, a errores léxicos como verbalismos
que se producen cuando se usan palabras sin saber su significado,
lo que trae como consecuencia que no exista correspondencia entre
la palabra y lo supuestamente planteado. Léanse los
ejemplos siguientes:

  • La palma corcho, fósil
    viviente de Cuba.

  • El huracán Flora ha sido uno
    de los ciclones más devastadores en la historia de la
    meteorología cubana.

En el primero, se produce el error al
emplear el concepto fósil para dar una idea de la
antigüedad de esa especie de palma. Sin embargo, el concepto
fósil es definido como todo resto conservado de organismos
que vivieron en épocas pasadas. Puede consistir en huevos,
esqueletos o conchas petrificadas; puede tratarse  de
impresiones de las patas existentes en las rocas, de mastodontes
recubiertos por los hielos árticos, de insectos
preservados dentro del transparente ámbar; o pueden ser
impresiones negras de carbón hallados en las rocas, que ha
dejado una planta o un animal al vaporizarse bajo la
acción del calor y de la presión.  Nada tiene
que ver el concepto con la idea que se quiere
transmitir.

En el segundo ejemplo, se aprecia un error
común. Pues, es usual la confusión entre los
conceptos huracán y ciclón. A veces se piensa que
no significan lo mismo, siéndolo, y se expresan errores
como el ejemplificado donde se comete una reiteración
innecesaria por desconocimiento de los significados.

El concepto ciclón se usa en el lenguaje
geográfico para indicar un sistema de vientos que fluyen
alrededor de un centro de bajas presiones. También el
concepto huracán se usa para indicar lo mismo, no hay
diferencia alguna. Este es el resultado de las lenguas habladas
en las diferentes zonas geográficas. A los ciclones
tropicales se les denomina Huracán, en
Centroamérica y las Antillas; Baguío, en Filipinas;
Tifón, en Japón y China y Willi-Willis, en
Australia.

En el proceso de enseñanza-aprendizaje de la
Geografía escolar el profesor puede desarrollar una serie
de acciones, que permitirán que los alumnos se apropien y
ejerciten el lenguaje técnico de la asignatura como
son:

  • Conversación sobre temas geográficos
    determinados.

  • Contestar preguntas efectuadas en el proceso de
    enseñanza-aprendizaje.

  • Expresar nítidamente los pensamientos de un
    autor leyendo en voz alta lecturas
    geográficas.

  • Observación de láminas,
    fotografías, diapositivas, etc., y
    conversación, narración, exposición,
    descripción sobre las mismas de forma oral o
    escrita.

  • Descripciones, narraciones, exposiciones,
    conversaciones sobre excursiones (en cualquier de sus
    modalidades) realizadas. También la redacción
    de informes.

  • Recopilación de artículos de revistas
    y periódicos que aborden temas
    geográficos.

  • Desentrañar las ideas principales de una
    lectura geográfica.

  • Lectura de diferentes textos literarios o no
    literarios, incluyendo el libro de texto de la
    asignatura.

  • Comprender rápida y exactamente los
    pensamientos de los demás, ya sean orales o
    escritos.

  • Escritura correcta de la nomenclatura
    geográfica, así como el empleo amplio y diverso
    de este.

Todas estas acciones confirman que en la
transmisión y asimilación de los conocimientos, el
lenguaje ocupa un puesto de suma importancia. Debe por esto
exhortarse a los alumnos a expresar sus ideas, de manera
correcta, cuando tengan que sostener conceptos, juicios y
conclusiones. El ejemplo personal del profesor, en lo referido a
su expresión oral o escrita, son también
significativas para el desarrollo de las capacidades de hablar y
pensar.

Conclusiones

Convida esta reflexión a una meditación
profunda sobre el uso correcto de la lengua y sobre todo aquella
que se emplea en la enseñanza de las ciencias, es decir,
el lenguaje técnico de cada una de las asignaturas. Es,
pues, una manera de aprender a emplear cada vez mejor este medio
en todas sus modalidades, aquellas que no la desvalorizan,
sino,  que la enriquecen.

Enseñar Geografía usando bien su lenguaje,
es asegurar una cultura geográfica sólida y
duradera; lo que significa aprender a comprender mejor el mundo
en que vivimos.

Referencias

(1) Vigotsky, L. S.
Pensamiento y lenguaje. La Habana. Cuba: Edición
Revolucionaria. 1968. p. 66

(2) Castro, C. A. Didáctica de la lengua
española. Madrid. España: Ediciones ANAYA, S. A.;
1971. p.70

(3) Klingberg, L. Introducción a la
Didáctica General. La Habana. Cuba: Editorial Pueblo y
Educación; 1972. p. 78

(4) Núñez, A. El archipiélago
cubano. La Habana. Cuba: Editorial Letras Cubanas; 2000.
415

(5) Americ, T. Diccionario polígloto de nombres
geográficos. La Habana. Cuba: Editorial
Científico-Técnica; 1961. p. 13-15

Bibliografía:

Alvarez, P. "Alternativa metodológica para
aplicar los contenidos del progre Director de la Lengua Materna
en la enseñanza de la Geografía 1". (Tesis en
opción al título Licenciado en Educación en
la especialidad de Geografía). La Habana, Cuba: Instituto
Superior Pedagógico "Enrique José Varona";
2004.

Americ, T. Diccionario polígloto de nombres
geográficos. La Habana. Cuba: Editorial
Científico-Técnica; 1961.

Barraqué, G. Metodología de la
enseñanza de la Geografía. La Habana. Cuba:
Editorial Pueblo y Educación; 1991.

Castro, C. A. Didáctica de la lengua
española. Madrid. España: Ediciones ANAYA, S. A.;
1971.

Coronas, L. Didáctica de la Geografía (2
tomos). Madrid. España: Editorial Anaya S. A.;
1971.

Klingberg, L. Introducción a la Didáctica
General. La Habana. Cuba: Editorial Pueblo y Educación;
1972.

Moore, W. G. Diccionario de Geografía. Madrid.
España: Editorial Dossat, S. A; 1957.

Núñez, A. El archipiélago cubano.
La Habana. Cuba: Editorial Letras Cubanas; 2000.

Panchenikova, L. M. Metodología de la
enseñanza de la Geografía en la escuela media.
Moscú. URSS: Editorial Proveschenie; 1983.

Vigotsky, L. S. Pensamiento y lenguaje. La Habana. Cuba:
Edición Revolucionaria. 1968.   

 

 

Autor:

MSc. P. Álvarez
Cruz

Profesor Asistente

Universidad de Ciencias Pedagógicas
"Enrique José Varona"

Partes: 1, 2
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